Los cementeriso "recobraron" vida este miércoles por la multitud que los visitó
SANTO DOMINGO. Como es tradición, miles de personas en todo el país honraron hoy a sus difuntos en conmemoración a La Fiesta de todos los Santos o los Fieles Difuntos.
Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas asistieron a los camposantos Nacional de la Máximo Gómez, Cristo Redentor y Cristo Rey para acicalar las tumbas.
Pese a que la fecha y el lugar demandan sobriedad, el dinamismo de los visitantes confundían la conmemoración con cierto aire festivo, sobre todo en los cementerios de Cristo Rey y el Nacional de la Máximo Gómez.
Como también se hace costumbre, lamentablemente, que muchas familias encuentren el lugar donde descansan los restos de seres queridos con puertas, persianas y decoración robada.
Como fue el caso de Maritza Parahoy, quien descubrió la tumba de su madre, en el cementerio Nacional de la Máximo Gómez, sin persianas ni puerta, ambas eran de metal.
A Celeste Santana ya la vencieron. Le robaron el vidrio de la puerta del panteón y la decoración, y tuvo que cambiar las persianas por block. Desde hace un año, no ha podido reponer el cristal.
A eso se suma la queja de otros deudos, quienes dicen que para llegar a los nichos, tienen que atravesar matorrales por el estado de abandono de los pasillos. "Sólo le limpian la cara al cementerio, el que va atrás tiene que pasar muchos arrabales", dijo Inmaculada Castillo.
En el humilde Cementerio de Cristo Rey, no obstante, la situación era otra. Los deudos trabajaban hoy en la limpieza de las tumbas. La mayoría de los pasillos se encontraban pulcros. "Aquí no se ven muchos; no es que no pasen, pero es muy difícil porque este es un cementerio del mismo barrio", expresaba Julio Martín, deudo en el cementerio de Cristo Rey.
En tanto que los trabajadores del cementerio de Cristo Rey destacaban que la limpieza se debe también a la permanente visita de las personas. "A este cementerio siempre vienen personas fuera de esta época, por lo que se preocupan mucho", dijo Eladio Mesina.
Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas asistieron a los camposantos Nacional de la Máximo Gómez, Cristo Redentor y Cristo Rey para acicalar las tumbas.
Pese a que la fecha y el lugar demandan sobriedad, el dinamismo de los visitantes confundían la conmemoración con cierto aire festivo, sobre todo en los cementerios de Cristo Rey y el Nacional de la Máximo Gómez.
Como también se hace costumbre, lamentablemente, que muchas familias encuentren el lugar donde descansan los restos de seres queridos con puertas, persianas y decoración robada.
Como fue el caso de Maritza Parahoy, quien descubrió la tumba de su madre, en el cementerio Nacional de la Máximo Gómez, sin persianas ni puerta, ambas eran de metal.
A Celeste Santana ya la vencieron. Le robaron el vidrio de la puerta del panteón y la decoración, y tuvo que cambiar las persianas por block. Desde hace un año, no ha podido reponer el cristal.
A eso se suma la queja de otros deudos, quienes dicen que para llegar a los nichos, tienen que atravesar matorrales por el estado de abandono de los pasillos. "Sólo le limpian la cara al cementerio, el que va atrás tiene que pasar muchos arrabales", dijo Inmaculada Castillo.
En el humilde Cementerio de Cristo Rey, no obstante, la situación era otra. Los deudos trabajaban hoy en la limpieza de las tumbas. La mayoría de los pasillos se encontraban pulcros. "Aquí no se ven muchos; no es que no pasen, pero es muy difícil porque este es un cementerio del mismo barrio", expresaba Julio Martín, deudo en el cementerio de Cristo Rey.
En tanto que los trabajadores del cementerio de Cristo Rey destacaban que la limpieza se debe también a la permanente visita de las personas. "A este cementerio siempre vienen personas fuera de esta época, por lo que se preocupan mucho", dijo Eladio Mesina.
De Omar Santana
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